La piel

La piel es el órgano más extenso del cuerpo, tiene una superficie media de 1,6 m2 y un peso de aproximadamente 4 Kg. Está constituida por 3 niveles: la epidermis, la dermis (tejido conectivo) y el tejido graso (adiposo o subcutáneo).

La piel tiene múltiples funciones que son desarrolladas por las diferentes estructuras y células que la componen. Entre las funciones destacan la función inmunológica y la función barrera.

La función inmune se realiza por la inmunidad natural y la adaptada, nuestros sistemas de defensa.

La función barrera impide la entrada de sustancias u organismos desde el exterior y la pérdida de líquidos: plasma, suero, albúmina desde el interior. De igual manera, la piel ejerce la función de filtro de la radiación ultravioleta.

Entre otras funciones destacan la reparación de las heridas, ulceras y del daño celular producido por la radiación ultravioleta, las funciones vasculares nutritivas y reguladoras de temperatura, las funciones sensitivas, de comunicación y las funciones de relación.

Quemaduras

Las lesiones por quemadura se producen como consecuencia de incendios, llamas, líquidos o vapores calientes, contacto con objetos calientes o sustancias calientes, sustancias químicas o con la electricidad.

Al evaluar una lesión por quemadura, los médicos analizan dos factores: la profundidad de la quemadura y su extensión, la cual se mide en términos de porcentaje de la superficie corporal.

La profundidad de la quemadura depende de la temperatura o característica del agente que originó la quemadura, de la cantidad de tiempo que la zona afectada estuvo en contacto con dicha causa y del grosor de la piel de la zona afectada.

Las lesiones por quemaduras se clasifican en tres categorías

  • Las quemaduras de primer grado afectan la capa superior de la piel, que se llama epidermis. Causan daños leves. La piel puede verse roja y sentirse adolorida o inflamada. Las quemaduras leves de sol que se enrojecen y se pelan pertenecen a esta categoría. Por lo general, el tratamiento de las quemaduras de primer grado se puede hacer en casa.
  • Las quemaduras de segundo grado atraviesan la segunda capa de la piel, llamada dermis. Causan dolor, enrojecimiento y ampollas que a menudo son dolorosas. De las lesiones puede salir líquido o sangre. Normalmente sanan en un plazo de entre 1 y 3 semanas. Después de la cicatrización, el color de la piel podría estar alterado. Por lo general, estas quemaduras no dejan cicatrices elevadas.
  • Las quemaduras de tercer grado son las más graves. Además de involucrar la epidermis y la dermis, podrían afectar también los músculos, tendones y huesos que están debajo. La piel lesionada puede volverse blanca, negra o gris. Puede sentirse seca y dura como el cuero. A veces no hay dolor, porque las terminaciones nerviosas que quedan bajo la piel se han destruido. En este tipo de quemaduras hay un riesgo alto de infección.

Tratamiento

Quemadura de primer grado

La quemadura de primer grado solo afecta la capa externa de la piel (epidermis) y sus signos y síntomas incluyen piel enrojecida, la cual puede estar ligeramente hinchada, puede producir prurito o ser dolorosa al roce. Elimine las prendas que puedan ocasionarle roce, limpie la zona afectada y aplique una capa fina (2 mm) de Nanoskin® Soft Se puede repetir la aplicación cuando desee volver a hidratar el área.

La quemadura de segundo grado abarca la epidermis y la dermis; los signos y síntomas que se presentan incluyen dolor, hinchazón, piel de color rojo intenso, ampollas y una apariencia de mancha.

En este tipo de quemaduras si la zona afectada es pequeña, puede ser tratada en casa (por esto es importante disponer de un botiquín de primeros auxilios adecuadamente equipado). Si la persona que sufrió la quemadura va a ser auxiliada por alguien, es importante que esta tenga guantes estériles o que en su defecto realice un adecuado lavado de manos o limpieza de ellas con Nanoskin® Biogel Activador. El tratamiento casero puede comenzar dejando correr agua potable a temperatura ambiente (no fría) sobre la quemadura unos cuantos minutos (5). Si no cuenta con agua potable, sumerja la quemadura en agua limpia o aplique compresas mojadas en agua. No aplicar hielo sobre la quemadura porque al hacerlo, se pueden dañar más los tejidos.

Seque la zona con un paño limpio y envuélvala suavemente con un apósito estéril. Ahora realice una limpieza y cuidadosamente retire todos los restos de piel quemada o desprendida. Con Nanoskin® Biogel Activador puede realizar esta operación de manera eficiente.

Si la quemadura fue debida a una sustancia química, hay que asegurarse de retirarla, igual que cualquier prenda de vestir o joya que haya entrado en contacto con ella.

Si se forman ampollas, estas no se deben reventar, en el caso de que se rompan, proceder como se indicó en la limpieza. Si las ampollas que se forman son muy extensas, mayores de cinco centímetros, se deberá buscar ayuda profesional para drenarlas.

Una vez culminada la limpieza se deberá iniciar la cura de la quemadura. El tratamiento hasta ahora consistía en la utilización de  pomadas o cremas antibióticas, que se administraban con frecuencia para prevenir o tratar infecciones en los pacientes que habían sufrido este tipo de quemaduras. Si se administran estas pomadas, puede ser necesario aplicar vendajes que tal vez deban cambiarse a diario. Esto puede ser un proceso doloroso. Esta es una de las ventajas que ahora presenta Nanoskin® ACT porque puede cubrir el lecho de la herida hasta por siete días, evitando los constantes cambios y las molestias subsecuentes. Además Nanoskin® ACT permite ver la evolución de la herida sin que sea necesario retirar o cambiar el apósito.

Una vez obtenida la epitelización (nueva piel) en la quemadura es necesario aumentar su resistencia y mantener  la integridad de la capa hidrolipídica, suministrándole nutrientes y conservando su hidratación,  para esto aplicaremos 1 o 2 atomizaciones de Nanoskin® Intense Care

El uso de Nanoskin® como terapia de las quemaduras previene las infecciones y acelera una cicatrización sana y eficaz.

Es importante controlar la evolución de las quemaduras de segundo grado, sobre todo estar alerta a los signos de infección: enrojecimiento, dolor o inflamación mayores a los presentados inicialmente, o a la aparición de secreciones purulentas en el lecho de la herida.

Si la herida continúa abriéndose, se agranda o se vuelve más profunda deberá consultar al médico.

Si la quemadura se produjo en un sitio de flexión, será importante mantener una cierta inmovilización, para no perjudicar el proceso de cicatrización.

En cuanto la piel haya cicatrizado y dejado de drenar, es importante mantenerla bien hidratada. Esto disminuye las probabilidades de que se formen nuevas ampollas o se rasgue la piel. Además, reduce la picazón y puede facilitar el movimiento.

Las quemaduras nunca deben de ser subestimadas. Las de primer grado y las pequeñas de segundo grado como las descritas en líneas anteriores, pueden ser tratadas en el hogar utilizando las técnicas y los productos correctos.

Las quemaduras requieren atención médica de inmediato cuando cubren un área mayor del cuerpo o abarcan gran parte de las manos, la cara, los pies, los genitales, las nalgas, los ojos, la boca o una articulación grande. Las quemaduras de segundo grado que superan los 8 cm, las quemaduras eléctricas o las quemaduras más graves de tercer grado, en las que la piel se levanta, luce carbonizada o tiene una apariencia blanca y seca.

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